Y es que desde hace algunos años, hay una
lista en cada uno de los reproductores de música que tengo, y la cual está dedicada
única y exclusivamente a las rancheras, ¡SI SEÑOR! No sólo es porque sea
mexicana y cada uno de nosotros por lo menos se sepa una estrofa de una
ranchera de José Alfredo Jiménez o de otros exponentes de este género, sino porque he redescubierto esta música a
través de una historia; que digo una novela… LA novela.
Hace tiempo la encontré por
casualidad y hoy sigue estando presente. Es nada mas ni nada menos que La Hija
del Mariachi, una historia colombiana que ha atrapado a miles o millones de
personas alrededor del mundo y que a casi siete años de distancia sigue
emocionándonos igual o mas que antes.
Pero, ¿qué fue lo que me atrapó? ¿qué me
hizo ver esta novela? Bueno he de
confesar que en primera instancia no me llamó tanto la atención (siii, lo
acepto!!!); había algo que no terminaba de convencerme así que me decidí por
otra historia, pero al poco tiempo le di una segunda oportunidad y vaya que no
me arrepentí.
La Hija del Mariachi -o mejor conocida como LHDM- es una historia
que tiene de todo un poco: música, buenos diálogos, comedia que no cae en lo
rebuscado o la payasada, acción, su toque de maldad, romance, pero lo mejor son
sus excelentes actuaciones. Desde el
primer capítulo nos deja en claro una cosa: no será uno de esos dramas
convencionales a los que estamos acostumbrados, por lo menos en México, donde
la protagonista de bajos recursos es buena e inocente hasta el final; en donde
el malo es muuuuuuy malo (y eso lo constatan sus frases que sólo se escuchan en
las novelas) y, donde la trama y el amor
de la pareja principal entra en un ciclo que va del romance desbordante de miel
a infinidad de rupturas dramáticas, entre otros.
Pues no. LHDM desde el inicio nos aclara que la protagonista es dulce y buena pero que también tiene su
carácter y se puede defender, donde los malos también tienen su corazoncito si se
les busca el lado bueno, etcétera. (Bueno aquí tengo que hacer una aclaración: para mí, LHDM tiene villanos y malos, pero eso ya se los contaré en otra entrada)
Si algo tiene esta novela es la constante
en el romance de los protagonistas: Rosario y Emiliano/Francisco (interpretados
por Carolina Ramírez y Mark Tacher). Algo que me gustó de la trama es que,
dejando de lado un poco el problema principal de Emiliano –ocultarse de la policía
mexicana, colombiana y de ocultar su identidad por ello-, la relación de
Francisco y Rosario es como la de cualquier pareja de la vida real; claro, sin
olvidar el toque literario y ficticio de una historia como ésta.
Otro factor que hizo que me atrapara la
novela fueron los diálogos y las actuaciones. Definitivamente Mónica Agudelo
(q.e.p.d), escritora de LHDM, consiguió libretos con diálogos sencillos y
precisos con los que logró mezclar dos culturas como la colombiana y la
mexicana a la perfección. Para ello hay dos casos que, a mi parecer, ejemplifican
mejor lo que les digo. El primero son las relaciones de amistad que hay en
la trama y la interacción de ambas partes. La mancuerna Francisco-Fernando y
Rosario-Lety tienen una forma particular de relacionarse pues son amigos en las
buenas y en las malas, y es por ello que
tienen la confianza de darles sus jalones de oreja, regaños y de utilizar el sarcasmo
con su respectivo amigo. Así, los diálogos son como los de cualquiera de
nosotros con nuestros amigos, cosa que te hace identificar aún más con los
personajes.
El segundo caso son los diálogos de
Emiliano furioso. Seamos sinceros, la mayoría de nosotros cuando estamos
enojados soltamos más de una palabrota; es mas, yo diría que es necesaria para
sacar toda esa furia. Obviamente, es impensable que en las telenovelas
mexicanas (por lo menos en las que transmiten en televisión abierta) se oiga
una grosería en medio de una pelea. Es así que, yo por lo menos, agradezco que
en LHDM no haya esta censura, pues a través de este tipo de diálogo se transmite
toda la frustración del personaje y se destaca la actuación, en este caso de
Mark. (Y si no vean la escena cuando Emiliano habla con su padre desde una
cabina telefónica en los primeros capítulos. Y que conste que no soy pelada
jajaja)
Si tuviera que analizar a detalle La Hija
del Mariachi, seguramente me llevaría días pues hay mucha tela de dónde cortar.
Por ahora los dejo con estos puntos que a mi parecer son los que han hecho que
varios fans sigamos con la mariachiadicción hasta la fecha. Y a ustedes… ¿qué
les hizo seguir esta gran historia?
Imagen: telenovelasyestrellas.com

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